Pareciera que es una moda eso de traer a los niños cerquita de uno, pero es mucho más que eso.
Últimamente la palabra “porteo” tiene mucha presencia en la maternidad y la crianza, tanto que muchos piensan que es una tendencia, o una exageración de las mamás “modernas” que ahora sólo quieren traer a sus hijos pegado para todos lados, pero quién no quiere eso.
Trae a los peques en brazos es lo que toda mamá quiere, tenerlos cerca para poder cuidarlos y apapacharlos, olerlos y sentir su corazón latir cerca del nuestro, digo, esperamos 9 largos meses para hacerlo ¿Por qué negarnos ese placer a ambos?
Sin embargo, las responsabilidades que llegan con la maternidad son tantas y a veces tan abrumadoras que optamos por poner a nuestro bebé en un portabebés, en una silla mecedora o carriola para poder cumplir con nuestras actividades.
Es ahí cuando el porteo llega a cambiarlo todo, pues nos permite hacer y deshacer teniendo a los peques muy cerquita de nosotros y su vez tener nuestras manos disponibles para abrirnos paso en el nuevo mundo llamado maternidad.
Los fulares o las mochilas “Cangureras” ayudan a tener una buena posición para el bebé.
Los peques que obtienen beneficios cuando se aprovecha la oportunidad de ser porteados por mamá o papá, por ejemplo:
- Están más tranquilos, lloran un poco menos al sentirse cerca de uno.
- Se ha demostrado que los bebés porteados aumentan más rápido el peso y duermen mejor.
- El movimiento constante genera en ellos un mejor equilibrio y control de postura, debido a que su cuerpo se va adaptando a nuestro movimiento.
- Llevar al bebé en posición vertical (pancita con pancita) beneficia mucho a su sistema digestivo, que aún es inmaduro y facilita la expulsión de gases, por lo tanto, los cólicos disminuyen.
- Son más sociables. El bebé se integra en la vida cotidiana, participando en lo que el mamá o papá hace, en los paseos y conversaciones.
Pero no sólo ellos se ven beneficiados con esta forma de cargar y cuidar a los bebés, sino que nosotros también:
- Fortalece los vínculos. El contacto favorece una relación muy especial entre el bebé y sus padres. Además, previene la depresión posparto, ya que el contacto piel con piel aumenta el nivel de otras hormonas, como las endorfinas.
- Aporta seguridad. Llevar a los bebés pegados al cuerpo se sienten más seguros y confiados de ser capaces de reconocer las señales del bebé e identificarlas mucho más rápido (sueño, hambre, cansancio...).
- Beneficia la lactancia materna. Llevar al bebé cerca provoca que mamá segregue oxitocina, beneficiando la producción de la leche y un buen establecimiento de la lactancia materna.
- Tonifica los músculos de la espalda. El peso total del niño está sostenido por el fular o la mochila, y se reparte por toda nuestra espalda. Así nuestro cuerpo se va adaptando progresivamente al peso del bebé, fortaleciendo nuestra musculatura y teniendo una mejor postura.
Como pueden ver los beneficios son muchos y para todos, sin embargo, es muy importante hacerlo de manera correcta para evitar lastimar la columna de los peques:
1. Soporte: el bebé es llevado como un vendaje contra el cuerpo de papá o mamá.
2. Espalda: la columna del bebé está recta y erguida. Para mantener esta postura, siempre debe ir mirando a quién lo portea, de lo contrario no mantendremos una buena postura de la espalda.
3. Piernas: deben estar flexionadas abiertas a 90º. Favoreciendo la posición de ranita para rodear al portador. Las rodillas deberán estar más altas que las pompas del bebé.
4. Cabeza: si es muy pequeño y aún no la mantiene, hay que subir más las piernas y usar el fular o mochila de forma que cubra la cabeza.
Portear no es una moda, es un estilo de vida en el que la cercanía está presente desarrollando un sentimiento de protección y transmitiendo tranquilidad a los bebés que después de que la naturaleza los mantuvo unidos a nosotras por tanto tiempo desean y merecen sentirse así.